lunes, 13 de diciembre de 2010

ELINA-23 Para las mujeres africanas ejercer la prostitución es un acto religioso. De hecho donde ejercen no hay presencia de chulos, chaperos y proxenetas. Quien las vigila es el vudú, una derivación del catolicismo y las creencias animistas cuyo origen se encuentra en Haití. El vudú es el Gran Hermano que las controla y el mayor instrumento de poder de la mafia. Es una cuestión de fe y la mayor fortaleza de esas organizaciones criminales.

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