lunes, 13 de diciembre de 2010

ELINA-18 Con mi chaqueta de lino y con gesto muy serio. El día anterior la acompañé al piso de la mafia donde vive, en Móstoles. Cometió una imprudencia muy cara que le costó un disgusto: tienen terminantemente prohibido relacionarse con personas ajenas a la mafia y hacer vida social. Las prostitutas africanas están recluidas en casa y solo salen para ir al parque a trabajar. Por eso es tan difícil hacerse amigo de ellas y ganar su confianza.

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